Los romanos aportaron el uso de un cemento hidráulico natural, llamado puzolana por su inicial procedencia de Pozzuoli, cerca de Nápoles, que les permitió preparar morteros u hormigones adecuados para las cimentaciones sumergidas.
Siguiendo el ejemplo de los romanos, durante la Edad Media y hasta el Renacimiento continuo la construcción de puentes de arco de sillería o de mampostería, que frecuentemente estaban fortificados e incluían capillas, tiendas o garitas de portazgo. El arco de medio punto paso a ser apuntado o elíptico. Ejemplo de estos es el puente Viejo de Londres, terminado en 1209, con 19 arcos de 7 m de luz que se mantuvieron en pie durante mas de 600 anos, y el de Avignon, construido sobre el R6dano, en 1187, con 20 vanos de 30 m de luz.
Los puentes de celosía de madera proyectados por Palladio condujeron a la construcción, en 1779, del primer arco de celosía totalmente metálico: el arco de medio punto de 30 m de luz en Coalbrookdale, Inglaterra.
A mediados del siglo pasado comenzó la construcción de grandes arcos de acero para cubrir vanos cada vez mayores. El primero de ellos fue el puente Eads, sobre el Mississippi, en Saint Louis, Missouri, Estados Unidos.
El siglo pasado vio también el nacimiento de los grandes arcos de hormigón armado, el primero de los cuales, inaugurado en 1898 en Chatellerault, Francia, tiene un vano de 52 m, resuelto con tres articulaciones.
Como el arco es una estructura que trabaja intrínsicamente a compresión, ello ha motivado que se construyan pocos arcos de hormigón pretensado. En 1959 sé inauguro el puente Luzhniki, en la URSS, de tres arcos atirantados de 45, 108 y 45 m de luz, respectivamente, que puede considerarse dentro de este grupo.
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